sábado, 14 de febrero de 2015

Escuela Mexicana de pintura (Muralismo)

Se llama "Escuela Mexicana de Pintura" a una etapa de la producción plástica en México a partir de 1921, cuando termina la Revolución y se instaura un régimen de reconstrucción del tejido social.

Se agrupa en esta "escuela" a pintores de muy distintas edades y contextos, que aunque tenía una visión plástica totalmente opuesta, concebían su trabajo pictórico como una nueva representación del "ser mexicano", con énfasis en lo popular y en lo mítico.

El Muralismo es un movimiento artístico iniciado en México a principios del siglo XX, creado por un grupo de intelectuales pintores mexicanos después de la revolución Mexicana, reforzado por la gran depresión y la primera guerra mundial. Famosos por su gran escala y su contenido político-social, mediante los murales, los artistas buscaron educar a las masas, generalmente iletradas, haciéndoles saber más sobre su cultura para apreciar sus orígenes.
Los muralistas vivieron tres etapas primordiales: los veinte, los treinta y la comprendida desde los cuarenta hasta 1955. En cada periodo los temas y las técnicas fueron específicos y así el muralismo encontró una definición más clara como movimiento. Los muralistas mexicanos trabajaron sobre una superficie de hormigón (concreto) o sobre la fachada de un edificio, pero también les importó muchísimo la textura y los ángulos en los cuales plasmarían sus murales.

José Clemente Orozco (1883 - 1949)
Muralista mexicano. Unido por vínculos de afinidad ideológica y por la propia naturaleza de su trabajo artístico a las controvertidas personalidades de Rivera, Siqueiros y Tamayo, José Clemente Orozco fue uno de los creadores que, en el fértil período de entreguerras, hizo florecer el arte pictórico mexicano gracias a sus originales creaciones, marcadas por las tendencias artísticas que surgían al otro lado del Atlántico, en la vieja Europa.
Orozco colaboró al acceso a la modernidad estética de toda Latinoamérica, aunque la afirmación tenga sólo un valor relativo y deban considerarse las peculiares características del arte que practicaba, poderosamente influido, como es natural, por la vocación pedagógica y el aliento político y social que informó el trabajo de los muralistas mexicanos. Empeñados éstos en llevar a cabo una tarea de educación de las masas populares, con objeto de incitarlas a la toma de conciencia revolucionaria y nacional, debieron buscar un lenguaje plástico directo, sencillo y poderoso, sin demasiadas concesiones al experimentalismo vanguardista.

Alcancía, 1923-1924, José Clemente Orozco
Fresco
Antiguo colegio de San Ildefonso, México


La ley y la justicia, 1923-1924,  José Clemente Orozco
Fresco
Antiguo colegio de San Ildefonso, México


Diego Rivera (1886 - 1957)
Formado en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de la capital mexicana, a la que se había trasladado con su familia a los seis años de edad, Diego Rivera estudió luego por espacio de quince años (1907-1922) en varios países de Europa (en especial, España, Francia e Italia), donde se interesó por el arte de vanguardia y abandonó el academicismo. Las obras de este período reflejan, por un lado, un acusado interés por el cubismo sintético (El guerrillero, 1915), asumido en su etapa parisina, y por otro una gran admiración por los fresquistas italianos del Quattrocento (y en especial, por Giotto), lo que motivó su alejamiento de la estética cubista anterior.
Identificado con los ideales revolucionarios de su patria, Rivera volvió desde tierras italianas a México (1922), en un momento en que la revolución parecía consolidada. Junto con David Alfaro Siqueiros se dedicó a estudiar en profundidad el arte maya y azteca, que influirían de forma significativa en su obra posterior. En colaboración con otros destacados artistas mexicanos del momento (como el propio Siqueiros y José Clemente Orozco), fundó el sindicato de pintores, del que surgiría el movimiento muralista mexicano, de profunda raíz indigenista.


Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, 1947, Diego Rivera
Fresco, 15,60 metros × 4,70 metros1
Museo Mural Diego Rivera, México, D. F., México

El hombre controlador del universo, 1934,  Diego Rivera
Fresco sobre bastidor metálico transportable, 4.80 × 11.45 m
Palacio de Bellas Artes, México



David Alfaro Siqueiros (1898 - 1974)
Pintor mexicano, figura máxima, junto a Diego Rivera y José Clemente Orozco, del muralismo mexicano. Tributaria de la estética expresionista y la retórica declamatoria que le exigía su radicalismo político, su pintura aunó la tradición popular mexicana con las preocupaciones del surrealismo y el expresionismo europeos.
Para Siqueiros socialismo revolucionario y modernidad tecnológica eran conceptos íntimamente relacionados. Estaba convencido de que la naturaleza revolucionaria del arte no dependía tan sólo del contenido de sus imágenes sino de la creación de un equivalente estético y tecnológico en consonancia con los contenidos. Toda su vida artística estuvo presidida por la voluntad de crear una pintura mural experimental e innovadora.


Nueva democracia, 1944 y 1945, David Alfaro Siqueiros
Lacas de nitrato de celulosa, 5.50 x 11.98 m.
Museo del Palacio de Bellas Artes, México










http://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/orozco.htm
https://jorgalbrtotranseunte.wordpress.com/2014/11/19/alcancia-de-jose-clemente-orozco/
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rivera.htm

http://museoanahuacalli.org.mx/diegorivera/index.html

1 comentario:

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